6/9/07

Leer mucho hace daño

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Mira, Sebastián,
las flores destilan jugo de cereza.
¿Destilan, digo?
No las veo bien desde aquí
hay bruma de por medio
pero algo sale de entre los tallos
y sube hasta cubrirlo todo
Algo triste.
No, no es jugo de cereza.
Creo que son suspiros humanos
los que brotan de entre los pétalos.
Suspiros húmedos, con formas.
¿Suspiros, digo?
No, creo que son lágrimas.
Sí, son lágrimas.
¿Lágrimas de sangre?
Puede ser...
Es que las flores, Sebastián,
no son flores,
son mis ojos.
Disculpa, no ando bien.
Últimamente confundo los paisajes
los días
los sentimientos
las personas
los colores
las formas
todo.
Hoy, Sebastián,
ahora
es un buen momento
para inventar un patronus
o hacer aparecer el mío
El que todos tenemos
aunque ignoremos su forma.
Ah, quiero que tenga forma de paloma
De algo que vuele e inspire ternura.
No, mejor que sea un águila.
Recuerda lo que dijo el poeta:
"La ternura no basta".
Sí, prefiero un águila.
De esta forma volará más alto
Y la ternura, si es que tiene,
la reservará para ratos especiales
Un águila no se conformará con espantar dementores.
Volará por encima de ellos y
me protegerá de mí misma
Aunque yo creo, Sebastián,
que si me viera desde afuera
odiaría la forma que soy yo misma.

1 comentario:

  1. Yalo:
    Me encantó lo que escribiste....el fin de semana me voy a dar una vuelta por tus escritos anteriores...
    te agradezco muchisimo tu comentario en mi blog...me encantó el estilo del mismo...
    Bendiciones

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