25/8/09

Myrna Guerrero: "Volví a mi vocación primera"


Yaniris López
Ventana/Listín Diario
Sábado 22 de agosto, 2009

Santo Domingo.- Para los más jóvenes, la muestra ha resultado una grata sorpresa. Myrna Guerrero, una de las más reconocidas historiadoras y críticas de arte del país, presenta su séptima individual. No lo hacía en el país desde 1995, y desde 1988 en Santo Domingo. Por eso, y pese a tomar parte en algunas colectivas, muchos pensaban que toda su vida giraba en torno a la investigación artística, la crítica, la enseñanza y la gestión cultural. Recuperar esa faceta de la que nunca se ha desprendido, compartir con el público sus creaciones más recientes y sentir que con su arte ayuda a crear conciencia sobre los males sociales que afectan al país, motivó a Myrna a retomar la producción artística. El regreso lo hizo con “Tramas”, una muestra de 16 pinturas y tres instalaciones, abierta hasta el 4 de septiembre en la Quinta Dominica (Zona Colonial) y donde la artista exhibe su lado más social, crítico y personal. Todo junto.

Huellas y tramas
Su última producción, para deleite de quienes la conocen, tiene un poco que ver con sus inicios. Egresada de la primera promoción de la escuela de Artes de APEC (entonces Escuela del Instituto de Estudios Superiores), Guerrero logró una beca del gobierno francés para hacer una especialización en pintura en Francia, en la escuela de arte Luminy, en Marsella, y allí aprovechó para hacer una licenciatura en Historia del Arte, una carrera que aún no se impartía en el país. Eso ocurrió entre 1973 y 1977. Al regresar se dedicó a la enseñanza, en el área de historia del arte, y a la producción artística.

Su muestra inicial, en 1981, llamada “Digitales”, recogía impresiones sobre papel de sus propias huellas digitales, a las que agregaba fragmentos que, pese a formar una obra abstracta, muchos asociaban con un contenido erótico, insinuaciones que, más adelante, en 1983, marcarían su segunda individual: Erótica.
Llegaron más. Y también llegaron otros compromisos que la alejaron de la producción, como dirigir el suplemento cultural del periódico El Caribe en 1996, dedicarse de lleno a la crítica de arte y a la investigación y la gestión cultural, y a formar parte del equipo que daría vida a los primeros años del Centro León, en Santiago.
Para finales del 2004, dice Myrna, “tomé la decisión drástica de dejar esos trabajos para volver a Santo Domingo y retomar mi producción artística”. Para muchos, fue una sorpresa, admite, una locura. “Dejar un trabajo seguro y bien pagado para retomar una producción que no hacía desde 10 años era como un salto al vacío. Y así fue, vine a principios del 2005 y logré un espacio para instalar un taller”.

Cambios
“Me dije que no podía seguir haciendo lo mismo -diez años es una generación-; la sociedad ha cambiado, Myrna ha cambiado. Y no tenía prisa.
Seguí trabajando y lo hice a partir de mí. No voy a buscar fuera, dije, vamos a iniciar esta nueva producción dentro de mí, voy a buscar mis propios sentimientos, mi propia identidad”, dice Guerrero.
La identidad, para ella, es el soporte de todo, es la estructura.
“Entonces comencé a hacer unos ensayos que eran simplemente líneas entrecruzadas, como si fueran estructuras, y pictóricas. Un buen día, me dije: pero son tramas, lo que estoy haciendo son tramas”. Y decidió basar en ese concepto la individual. Las veía por todas partes. A las tramas soporte y estructura, que aluden a su interior, se unieron las tramas en forma de ataduras que emergen del exterior. Surgieron las tramas externas y con ellas llegaron las series: Serie de la Memoria para delatar sus más recónditas aspiraciones; la Serie Ecológica para alertar sobre el daño al medio ambiente con obras como “Se nos muere el Ozama” y “Elegía a Los Haitises”; la Serie de la Violencia, con sus tramas del poder y del consumo que dejan entrever un marcado contenido de género, y tres instalaciones que recogen toda la temática.
Usó de nuevo sus huellas -aquí vuelve a lo digital-, su cuerpo, la soga y otros elementos extrapictóricos y con la ayuda del acrílico, el óleo en barra, las incisiones y el collage logró crear matices parecidos y distintos a la vez, en los que cada historia se explica por sí sola.

Tejidos
La recuperación de memorias, dice Myrna, fue también fundamental en esta muestra.
“Con el tejido en el centro de las tramas busco recuperar la memoria de la tradición de la cestería tradicional dominicana, labor realizada principalmente por manos de mujer, así como también de antiguos porta vasos que acostumbrábamos hacer antaño.
Si duelen, si al ver la muestra el espectador nota que los temas “son fuertes y tal vez crudos”, Myrna dice que no fue intencional.
“Es lo que está pasando, yo no estoy inventando nada. Recojo lo que está pasando y lo llevo al lienzo. Estos son los cambios que se han operado dentro de mí en estos años.
Mi obra anterior había sido muy interna, pero en estos 10 años me he involucrado más con el exterior, me he hecho más sensible a lo que nos ocurre, a lo que nos toca”.
En ese cambio tiene mucho que ver su trabajo como voluntaria del programa “Servir”, de los frailes jesuitas, el taller de creatividad que imparte a profesoras que laboran en guarderías de algunos barrios marginados de la ciudad, las clases de teología que toma desde hace un tiempo y su criterio sobre el gran poder transformador de las artes.
“El arte es un instrumento formidable para mejorar la calidad de vida, porque desarrolla la sensibilidad, pero al mismo tiempo el arte es un instrumento que puede ayudar a pensar y a concienciar”, considera Myrna.
Al respecto, Danilo de los Santos, curador de la muestra, señala en el catálogo de la exposición: “La de esta artista mujer no es una protesta demagógica sino contrariamente, un desahogo de atención verdadero y valedero”.

INSTALACIÓN Y ACTIVIDADES
Durante los días de exposición de “Tramas”, Myrna recolectó agua de lluvia y la conservó en tubos con etiquetas que registraban la fecha en que fue recolectada. La idea, escribe la artista, es que los visitantes tomen un tubo y lo conserven en un lugar visible para “tomar conciencia de que si continuamos destruyendo nuestros bosques llegará un día en que no lloverá más y el agua de este tubo de ensayo será el recuerdo de nuestro accionar…”.

2 comentarios:

  1. que coincidencia, justo hoy me encontré esta señora en la Bienal, que raro verdad!?

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  2. Pues... sí y no. Raro porque tal vez no la conocías, y no porque ella siempre anda por esos predios. Ya verás que en lo adelante te la toparás con más frecuencia en museos, galerías y jod... de esas.
    Siempre es un gusto saludarte, Leidi.
    Y.

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