28/12/11

Fundición y forja

Microrrelato de Jairo Aníbal Niño (Colombia)
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Todo se imaginó Superman, menos que caería derrotado en aquella playa caliente y que su cuerpo fundido, serviría después para hacer tres docenas de tornillos de acero, de regular calidad.

25/12/11

¿Y qué si hablo trivialidades?

Del blog Girasoles en la luna, de Ema Espinal.

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Sí, me gusta la luna. Sí, me gusta el sol. Sí, me gusta la música. Sí, me gustan las miradas y las sonrisas. Generalmente hablo de esto porque es lo que me gusta.
Hay otras cosas que no me gustan y no hablo de ellas, intento escapar.
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24/12/11

Algo de Los funerales de la Mamá Grande

…con unos ojos grandes y negros que le daban un aire desamparado.
Aquel día hizo un esfuerzo de concentración, llamando a la muerte, pero nadie le respondió.
…y pensando que si Dios no hubiera descansado el domingo habría tenido tiempo de terminar el mundo.
Sabía confusamente que algo estaba ocurriendo en el mundo, pero se sentía embotado, bruto, indigno del instante.
…pensando en un instante de iluminado patetismo que tal vez estaba asistiendo a la elaboración de un terremoto.
Le angustiaba mirar a la gente a la cara y cuando no le quedaba otro recurso que hablar, las palabras le salían diferentes a como las pensaba.
….
“Todas las calles de todos los pueblos conducen inexorablemente a la iglesia o al cementerio”.

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Gabriel García Márquez
Agosto, 1978

12/12/11

Lo prometo...

"El noventa por ciento de lo que se estima como genialidad es nada más que buena memoria. Entrena la tuya".
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Doris Fleeson en Los diez mandamientos del periodismo (en 1954)

28/11/11

Amor es... (cita 'cortavenas')

Yo te diré —dijo con el mismo susurro apremiante y apasionado— lo que es el verdadero amor. Es devoción ciega, humillación absoluta, total sumisión, fe y confianza contra uno mismo y el mundo entero, plena entrega del alma y el corazón al que te lo destroza...
¡Como hice yo!
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Charles Dickens (Grandes Esperanzas).

22/11/11

Un sueño (Borges)

En un desierto lugar del Irán hay una no muy alta torre de piedra, sin puerta ni ventana. En la única habitación (cuyo piso es de tierra y que tiene la forma de círculo) hay una mesa de maderas y un banco. En esa celda circular, un hombre que se parece a mí escribe en caracteres que no comprendo un largo poema sobre un hombre que en otra celda circular escribe un poema sobre un hombre que en otra celda circular… El proceso no tiene fin y nadie podrá leer lo que los prisioneros escriben.

21/11/11

Yo te conozco, sé lo que piensas (6)

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Hoy te permites unos segundos de sinceridad. Me sientes cerca. Un poco. Tu alma de poeta no puede evitar pensar en mí frente a ese cielo azul brillante. Sabes que detrás de esa montaña altanera estoy yo, boba, ilusa, atenta a ti. Tanto idealismo te conmueve, y por eso me dedicas algunos efímeros pensamientos:
      Claro que te pienso, bonita. Sé que no es justo lo que hago, lo admito. Soy hombre, qué se le va a hacer. Pero me agrada, de vez en cuando, pensar en ti. En tus traumas y miedos, en tu insoportable ingenuidad. Te imagino pensándome, idealizándome, soñando conmigo. Te imagino plena de dicha al pensar que tal vez, podría ser, por qué no, yo también pudiera estar pensando en ti. Y sonrío al imaginarte, bonita, a pesar de que nos separan miles de kilómetros de tantas cosas. Incluida el agua de ese mar…

6/11/11

Hablaba y hablaba...

Microrrelato de  Max Aub  
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Hablaba, y hablaba, y hablaba, y hablaba, y hablaba, y hablaba, y hablaba. Y venga hablar. Yo soy una mujer de mi casa. Pero aquella criada gorda no hacía más que hablar, y hablar, y hablar. Estuviera yo donde estuviera, venía y empezaba a hablar. Hablaba de todo y de cualquier cosa, lo mismo le daba. ¿Despedirla por eso? Hubiera tenido que pagarle sus tres meses. Además hubiese sido muy capaz de echarme mal de ojo. Hasta en el baño: que si esto, que si aquello, que si lo de más allá. Le metí la toalla en la boca para que se callara. No murió de eso, sino de no hablar: se le reventaron las palabras por dentro.

29/10/11

Uy

"Se ve más presencia de literatura en un vagón del metro que en un suplemento de cultura".
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Antonio Muñoz Molina, escritor español, en entrevista para El Universal.

28/10/11

Esta canción estaba tirada por el suelo

Franklin Mieses Burgos (Rep. Dominicana)

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Esta canción estaba tirada por el suelo,
como una hoja muerta, sin palabras;
la hallaron unos hombres que luego me la dieron
porque tuvieron miedo de aprender a cantarla.

Yo entonces ignoraba que también las canciones,
como las hojas muertas caían de los árboles;
no sabía que la luna se enredaba en las ramas
náufragas que sueñan bajo el cristal del agua,
ni que comían los peces pedacitos de estrellas
en el silencio de las noches claras.

Yo entonces ignoraba muchas cosas iguales
que eran todas posibles en la tierra del viento,
en donde la leyenda no es una hierba mala
crecida en sus riberas, sino un árbol de voces
con las cuales dialogan las sombras y las piedras.

Yo entonces ignoraba muchas cosas iguales
cuando aún no era mía
esta canción que estaba tirada por el suelo,
como una hoja muerta, sin palabras;
pero ahora ya sé de las formas distintas
que preceden al ojo de la carne que mira,
y hasta puedo decir por qué caen de rodillas,
en las ojeras largas que circundan la noche,
las diluidas sombras de los pájaros.

18/10/11

Complejo de Guacanagarix literario

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Néstor Medrano
nestor.medrano@listindiario.com
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No puedo someterme a los designios de las imposiciones en el mundo literario dominicano. Y una de las principales imposiciones es pretender la aceptación que han inculcado algunos, afiebrados en el trágico Complejo de Guacanagarix, de que los escritores dominicanos construyen por tradición una obra de mala calidad.
No es cierto. La literatura es un ejercicio de constancia, más allá de las premisas mercuriales que dictan las normas del mercado y que nos piden a gritos, construir, crear desde lo light.
Sí es cierto, los escritores tampoco pueden mantenerse enclaustrados en fórmulas del pasado, cuando solo funcionaba escribir bien, hacer uso de las razones de la preceptiva literaria, de los resortes acariciantes de la “poiesis”, y conciliar con el aislamiento, el encierro de la torre de marfil, hay que acoplarse a esas leyes del mercado y convertir nuestra obra en un producto. El libro es un producto y debe venderse.
Pero un producto de buena calidad
. Sostenible en el tiempo. Los escritores dominicanos deben salir a oxigenarse. El exterior está ahí. Bosch lo supo. Manuel del Cabral lo supo. También Pedro Mir. Por supuesto, lo supo Pedro Henríquez Ureña.
El escritor dominicano debe ser cercano y lejano a la vez. Cercano al objetivo de conseguir un lector que lea su primer libro, su primer poema, su primer cuento. Distante, muy distante de las voces canallescas que siguen enrostrándole que su obra, lo que crea y subasta, es de mala calidad.
Yo tengo una apuesta: comparar calidades de obra en cinco escritores dominicanos y cinco extranjeros, los publicables, los que no son víctimas del Complejo de Guacanagarix.

12/10/11

Teté Marella y Valeria Lerner

Madre e hija exponen juntas por primera vez. "El hilito de la vida" estará abierta al público hasta el 20 de octubre en la Galería Nacional de Bellas Artes.

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Yaniris López 
yaniris.lopez@listindiario.com
Listín Diario 
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Tras casi 15 años de discreta presencia en las galerías dominicanas, una exposición compartida con su hija Valeria Lerner trae de vuelta a Teté Marella y con ella las formas voluptuosas de sus cuerpos redondos, los pechos y las piernas al aire libre de sus mujeres soñadoras y sus explosiones de color. Valeria, que expone por primera vez en el país, trae estructuras, paisajes urbanos, literatura y música plasmados en lienzo con trazos rectos.
Marella se alegra de no haber influido en la pintura y el estilo de su hija; Valeria se alegra de haber tomado, aunque hace apenas dos años, la decisión de pintar. Es fácil distinguir ambos estilos. En estas dos expositoras, dice Marianne de Tolentino, crítica de arte y directora de la Galería Nacional de Bellas Artes, “el contraste es total en la concepción, la forma y la composición”.
Pero algo las une, algo comparten ambas artistas sin que se hayan puesto de acuerdo: el color. El color del trópico que sedujo a Marella a medida que aceptaba esta media isla como su segunda casa, el color que ve Valeria en el movimiento citadino de Buenos Aires, la ciudad argentina donde reside, y la capital del país donde nació su madre. Y además del color está el “hilito de la vida”, el vínculo genético que le da el título a la exposición y que se va reflejando, de una u otra forma, en las obras que se exhiben hasta el 20 de octubre en el Salón de la Rotonda de la Galería de Bellas Artes.


‘El hilito de la vida’

Argentina afincada en el país desde 1973, Teté Marella se inició como artista dibujando las caricaturas de una tira cómica que escribía el fenecido Freddy Beras Goico en el suplemento infantil “A la rueda, rueda”, a finales de los 70. A Freddy lo recuerda con especial cariño por toda la ayuda que le ofreció mientras se establecía aquí. La llamaron la caricaturista del país y gracias a este trabajo logró inaugurar su primera exposición local, en Casa de Teatro, con personajes populares dominicanos, políticos y artísticos.
Luego siguieron los dibujos, tan buenos, para los críticos, que uno de ellos mereció el Premio Nacional de Dibujo de la Bienal Nacional de 1979. Para entonces sus trazos ya mostraban ese peculiar estilo que hace que su obra sea reconocida a primera vista.
Marella trabajaba y lo de pintar y dibujar lo hacía por necesidad emocional, dice. Siguieron más exposiciones, las explosiones de color (primero con cierta timidez, luego con mayor intensidad) y las damas gordas, las grandes protagonistas de su arte plástico.
“Dama gorda, dama blanca. Lúdica, altiva, arrogante, esquiva. Dama ancestral de mi memoria afectiva. Desnuda, imponente, vestida, barroca”, la describiría Marella.


Nada de influencias
De sus dos hijos, nacidos aquí, Sebastián prefería la música y Valeria estudió Publicidad, Diseño Gráfico y, a punto de terminar, Psicología. A Valeria nunca le interesó la pintura y le molestaba que insinuaran que debía pintar porque su madre lo hacía. Comenzó a hacerlo en 2009, pues la carrera de Psicología le resultaba tan absorbente que pintar le resultó una catarsis. Por eso y porque un día vio en Buenos Aires un cuadro que le interesó y quiso comprar, pero que le pareció carísimo.
Me dije ‘eso lo hago yo’ –recuerda Valeria–, pero lo que hice no tenía nada que ver: me salieron franjas de colores y comencé a ponerle elementos”. Todo un éxito. Así inicia Valeria una obra que tiene muchas lecturas, a la que introduce objetos en miniatura (tul, autos, ojitos, madera) y en la que siempre está presente su gato Astor. Ella le llama pintura recursiva porque, como le cuesta dibujar, recurre a los elementos, a las formas urbanas de Buenos Aires y a los colores que percibe en el movimiento de la cosmopolita ciudad.
Otras fuentes de inspiración las encuentra en los libros y en la música. Destacan en la exposición que comparte con su madre, en Bellas Artes, su versión de “Instrucciones para subir una escalera”, de Julio Cortázar, y una partitura compuesta por su hermano Sebastián. Sus pinturas tienen los ángulos que su mamá prefiere ignorar, y eso le agrada a Marella. “Me encanta su trabajo, la admiro; si hubiese tenido una influencia notoria no hubiese expuesto con ella, pero hay armonía entre las dos”, asegura. ¿Será el “Hilito de la vida”, del que nunca podrán desprenderse?


Despedida en Bellas Artes
El próximo miércoles 19 de octubre, a las 7:30 de la noche, Teté Marella y Valeria Lerner ofrecerán un encuentro en la Galería Nacional de Bellas Artes para despedir “El Hilito de la Vida”.
Allí el público tendrá la oportunidad de ver las obras y compartir con las artistas acerca de una exposición en la que, como dice su curador, Gamal Michelén, madre e hija solo coinciden en el genoma heredado "y en una extraordinaria violencia cromática que tiene un referente en los fauves".

11/10/11

Sí, pero antes no lo sabían

Denís le enseña historia a Joshua (6 años ) mientras hacen las tareas de lengua española. Quiere que Joshua entienda lo del "descubrimiento" de América y explica:
―Colón le dijo a la reina: "Mire, reina, yo le voy a demostrar que la tierra es redonda, usted verá".
Joshua la interrumpe y le dice:
―¡Pero es que es verdad!

10/10/11

Venga

"Nadie viene al mundo a llenar tus expectativas. Si no te gusta una cosa, cámbiala".
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Charo Oquet, artista plástica dominicana
Remanentes de una entrevista

Dame tu mano

Claribel Alegría, Nicaragua
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"Hoy me gusta la vida mucho menos
pero siempre me gusta vivir..."

César Vallejo

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Dame tu mano
amor

no dejes que me hunda
en la tristeza
Ya mi cuerpo aprendió
el dolor de tu ausencia
y a pesar de los golpes
quiere seguir viviendo.
No te alejes
amor
encuéntrame en el sueño
defiende tu memoria
mi memoria de ti
que no quiero extraviar.
Somos la voz
y el eco
el espejo
y el rostro
dame tu mano
espera
debo ajustar mi cuerpo
hasta alcanzarte.

5/10/11

La otra cara de una mala noticia

Yalo: Yolan, acaba de morir Steve Jobs, el fundador de Apple.
Yolan: ¿De verdad? Ah, po ojalá ahora bajen los precios...

2/10/11

Flores en el buzón

Del poeta haitiano René Depestre

I
Esta mañana, una mano puso flores en tu buzón:
¿será acaso un sol que te escribe
desde una cárcel de tu país?

¿O es un telegrama —SOS de la luna—
que de repente ve venir
las amenazas del hombre?
¿Será el último árbol romántico
de Nueva Zelandia que quiere
intercambiar sellos contigo?
¿Desde cuándo la lluvia envía
mensajes cifrados a sus amigos?

Puede que sea la carta certificada
de un ruiseñor necesitado de dinero.
¿Y si fuera la carta anónima de un
cocodrilo, alcalde de una aldea tenebrosa?
¿o la carta de algún maldito presidente
vitalicio de la república?
¿o la de un tiburón notario de un país racista?
¿Quizás sean flores explosivas, dotadas
de un maravilloso mecanismo de acción
retardada, flores cultivadas
en los invernaderos del Ku Klux Klan?

II
Las llevo a mi oficina
para descifrar sus olorosos mensajes:
son flores del fondo del mar. Un olor
de marea alta invade mi casa. En la firma
de alga marina. Estas flores son
los besos de una princesa de alta mar,
es el alfabeto de su vida, la morsa
gloriosa de su sangre en flor.
Es el violento misterio de su cuerpo
cuando el orgasmo la proyecta conmigo
a la cima del reino vegetal. Ella,
desde el fondo de las aguas, me envía
las noticias de las hierbas inocentes
del mundo.
Me da los buenos días de las
primeras mariposas del año, los buenos días
de los primeros peces y los primeros besos
de adolescentes que reclaman un poco de ternura,
de paz y dignidad, con una luz fresquísima,
para todos los ojos que acaban de llorar.

1/10/11

El emperador de la China (Marco Denevi)

Cuando el emperador Wu Ti murió en su vasto lecho, en lo más profundo del palacio imperial, nadie se dio cuenta. Todos estaban demasiado ocupados en obedecer sus órdenes. El único que lo supo fue Wang Mang, el primer ministro, hombre ambicioso que aspiraba al trono. No dijo nada y ocultó el cadáver. Transcurrió un año de increíble prosperidad para el imperio. Hasta que, por fin, Wang Mang mostró al pueblo el esqueleto pelado, del difunto emperador. ¿Veis? -dijo- Durante un año un muerto se sentó en el trono. Y quien realmente gobernó fui yo. Merezco ser el emperador.
El pueblo, complacido, lo sentó en el trono y luego lo mató, para que fuese tan perfecto como su predecesor y la prosperidad del imperio continuase.

28/9/11

Amor narcótico (son de Chichí Peralta)

Tu amor es algo tímido, reñido,
es algo típico, nada especial.
Eso dirían los demás.
Tu amor es una trampa, es una lanza
que traspasa la tranquilidad.

Es algo loco nada más.
Es tan impredecible, tan sensible
que se irrita cuando gritas,
cuando quieres respirar.
Tu amor es como un tóxico
es un efecto narcótico

que amarra cuando quieres libertad.

Y te quiero así
tan satírico y fanático
te quiero así
Cuando vives, cuando matas con o sin razón.
Cuando callas, cuando hablas, cuando amas.

Yo te quiero así
cuando alargas en el acto
toda mi pasión
cuando logras estrujarme
con fascinación
no pretendo alejarme
no quiero, yo no pued
o
porque te quiero así, así, así…

Tu amor es tan apático, tan lúcido,
romántico y algo brutal
es una mezcla singular.
Te arrulla, te desvela, te calienta, te congela.
Desorden total.
Es algo loco nada más.
Es tan impredecible, tan sensible
que se irrita cuando gritas,
cuando quieres respirar.
Tu amor es como un tóxico
es un efecto narcótico
que amarra cuando quieres libertad.

Y te quiero así
tan satírico y fanático
te quiero así
Cuando vives, cuando matas con o sin razón.
Cuando callas, cuando hablas, cuando amas.
Yo te quiero así
cuando alargas en el acto
toda mi pasión

cuando logras estrujarme
con fascinación
No pretendo alejarme
no quiero, yo no puedo
porque te quiero así, así, así…

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Para escuchar

26/9/11

Carta del enamorado

Hay novelas que aun sin ser largas no logran comenzar de verdad hasta la página 50 o la 60. A algunas vidas les sucede lo mismo. Por eso no me he matado antes, señor juez.
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Juan José Millás

Un microrrelato de Gabriel García Márquez

"...el drama del desencantado que se arrojó a la calle desde el décimo piso, y a medida que caía iba viendo a través de las ventanas la intimidad de sus vecinos, las pequeñas tragedias domésticas, los amores furtivos, los breves instantes de felicidad, cuyas noticias no habían llegado nunca hasta la escalera común, de modo que en el instante de reventarse contra el pavimento de la calle había cambiado por completo su concepción del mundo, y había llegado a la conclusión de que aquella vida que abandonaba para siempre por la puerta falsa valía la pena de ser vivida".

23/9/11

Siempre

Me han enseñado
que la felicidad me espera a la derecha
siempre.

Pero, ¿por qué?
si he tenido el corazón a la izquierda
siempre.

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Juan Miguel Rojas (venezolano)

15/9/11

Yo te conozco, sé lo que piensas (5)

La telepatía trae a mí tus últimos pensamientos. Como te gusta mucho el cine, recurres a él para lanzar un petardo tan duro que, esperas, termine por meterse en mis sesos de periodista de poca monta y me ayude a entender cómo es que funcionan las relaciones de pareja. Uno que duela, que duela mucho. A ver. Acomodas la barbilla en la palma de tu mano derecha, ladeas un poco la cabeza y recuerdas la respuesta que le dio el rubio protagonista de la película Correo para Bill Gates a la chica que le pregunta por qué está soltero. Y la lanzas al espacio telepático sin compasión, directo a mis neuronas.
"Hay 6 mil millones de personas en el mundo, la mitad son mujeres, ¿qué probabilidades hay de encontrar la adecuada?". Esperas a que la frase encuentre eco en algún sitio desocupado de mi abarrotado cerebro y luego sigues: "Son pocas las probabilidades, bonita, pero yo la encontré. Y no eres tú".

12/9/11

Por supuesto

"La existencia humana debe ser una especie de error".
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Arthur Schopenhauer, filósofo alemán

10/9/11

Felicidad clandestina (Clarice Lispector)

Ella era gorda, baja, pecosa y de pelo excesivamente crespo, medio amarillento. Tenía un busto enorme, mientras que todas nosotras todavía eramos chatas. Como si no fuese suficiente, por encima del pecho se llenaba de caramelos los dos bolsillos de la blusa. Pero poseía lo que a cualquier niña devoradora de historietas le habría gustado tener: un padre dueño de una librería.
No lo aprovechaba mucho. Y nosotras todavía menos: incluso para los cumpleaños, en vez de un librito barato por lo menos, nos entregaba una postal de la tienda del padre. Encima siempre era un paisaje de Recife, la ciudad donde vivíamos, con sus puentes más que vistos.

Detrás escribía con letra elaboradísima palabras como "fecha natalicio" y "recuerdos".

Pero qué talento tenía para la crueldad. Mientras haciendo barullo chupaba caramelos, toda ella era pura venganza. Cómo nos debía odiar esa niña a nosotras, que éramos imperdonablemente monas, altas, de cabello libre. Conmigo ejerció su sadismo con una serena ferocidad. En mi ansiedad por leer, yo no me daba cuenta de las humillaciones que me imponía: seguía pidiéndole prestados los libros que a ella no le interesaban.

Hasta que le llegó el día magno de empezar a infligirme una tortura china. Como al pasar, me informó que tenía El reinado de Naricita, de Monteiro Lobato.

Era un libro gordo, válgame Dios, era un libro para quedarse a vivir con él, para comer, para dormir con él. Y totalmente por encima de mis posibilidades. Me dijo que si al día siguiente pasaba por la casa de ella me lo prestaría.

Hasta el día siguiente, de alegría, yo estuve transformada en la misma esperanza: no vivía, flotaba lentamente en un mar suave, las olas me transportaban de un lado a otro.

Literalmente corriendo, al día siguiente fui a su casa. No vivía en un apartamento, como yo, sino en una casa. No me hizo pasar. Con la mirada fija en la mía, me dijo que le había prestado el libro a otra niña y que volviera a buscarlo al día siguiente. Boquiabierta, yo me fui despacio, pero al poco rato la esperanza había vuelto a apoderarse de mí por completo y ya caminaba por la calle a saltos, que era mi manera extraña de caminar por las calles de Recife. Esa vez no me caí: me guiaba la promesa del libro, llegaría el día siguiente, los siguientes serían después mi vida entera, me esperaba el amor por el mundo, y no me caí una sola vez.

Pero las cosas no fueron tan sencillas. El plan secreto de la hija del dueño de la librería era sereno y diabólico. Al día siguiente allí estaba yo en la puerta de su casa, con una sonrisa y el corazón palpitante. Todo para oír la tranquila respuesta: que el libro no se hallaba aún en su poder, que volviese al día siguiente. Poco me imaginaba yo que más tarde, en el curso de la vida, el drama del "día siguiente" iba a repetirse para mi corazón palpitante otras veces como aquélla.

Y así seguimos. ¿Cuánto tiempo? Yo iba a su casa todos los días, sin faltar ni uno. A veces ella decía: Pues el libro estuvo conmigo ayer por la tarde, pero como tú no has venido hasta esta mañana se lo presté a otra niña. Y yo, que era propensa a las ojeras, sentía cómo las ojeras se ahondaban bajo mis ojos sorprendidos.

Hasta que un día, cuando yo estaba en la puerta de la casa de ella oyendo silenciosa, humildemente, su negativa, apareció la madre. Debía de extrañarle la presencia muda y cotidiana de esa niña en la puerta de su casa. Nos pidió explicaciones a las dos. Hubo una confusión silenciosa, entrecortado de palabras poco aclaratorias. A la señora le resultaba cada vez más extraño el hecho de no entender. Hasta que, madre buena, entendió al fin. Se volvió hacia la hija y con enorme sorpresa exclamó: ¡Pero si ese libro no ha salido nunca de casa y tú ni siquiera querías leerlo!

Y lo peor para la mujer no era el descubrimiento de lo que pasaba. Debía de ser el horrorizado descubrimiento de la hija que tenía. Nos espiaba en silencio: la potencia de perversidad de su hija desconocida, la niña rubia de pie ante la puerta, exhausta, al viento de las calles de Recife. Fue entonces cuando, recobrándose al fin, firme y serena, le ordenó a su hija:

-Vas a prestar ahora mismo ese libro.

Y a mí:

-Y tú te quedas con el libro todo el tiempo que quieras. ¿Entendido?

Eso era más valioso que si me hubiesen regalado el libro: "el tiempo que quieras" es todo lo que una persona, grande o pequeña, puede tener la osadía de querer.
¿Cómo contar lo que siguió? Yo estaba atontada y fue así como recibí el libro en la mano. Creo que no dije nada. Cogí el libro. No, no partí saltando como siempre. Me fui caminando muy despacio. Sé que sostenía el grueso libro con las dos manos, apretándolo contra el pecho. Poco importa también cuánto tardé en llegar a casa. Tenía el pecho caliente, el corazón pensativo.

Al llegar a casa no empecé a leer. Simulaba que no lo tenía, únicamente para sentir después el sobresalto de tenerlo. Horas más tarde lo abrí, leí unas líneas maravillosas, volví a cerrarlo, me fui a pasear por la casa, lo postergué más aún yendo a comer pan con mantequilla, fingí no saber dónde había guardado el libro, lo encontraba, lo abría por unos instantes. Creaba los obstáculos más falsos para esa cosa clandestina que era la felicidad. Para mí la felicidad siempre habría de ser clandestina. Era como si yo lo presintiera. ¡Cuánto me demoré! Vivía en el aire... había en mí orgullo y pudor. Yo era una reina delicada.

A veces me sentaba en la hamaca para balancearme con el libro abierto en el regazo, sin tocarlo, en un éxtasis purísimo. No era más una niña con un libro: era una mujer con su amante.

4/9/11

Stéphane Hessel

"Fui muy peleón hasta los cuatro años. Entonces tuve una gobernanta que me dijo: 'Pequeño, la cólera es mala. Lo importante es que intentes ser seductor'. Me pareció una buena idea."
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El autor y diplomático francés en entrevista para El País

24/8/11

Poesía en la montaña

Este fin de semana, del 26 al 28, será el noveno Festival de Poesía en la Montaña, en Jarabacoa. El municipio vegano no es que necesite mucho de los poetas, porque él entero es un poema, por eso me pregunto a qué olerá el Centro Salesiano de Pinar Quemado durante esos días con tantos poetas juntos. Es decir, a qué huele el exceso de poesía. Demasiada tentación para mis hormonas mielíticas. Mejor no voy. El superávit de versos podría provocarle un infarto a mi elegiaco corazón…

(...)

No sé si me olvidarás,
ni si es amor este miedo;
yo sólo sé que te vas,
yo sólo sé que me quedo.
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Andrés Eloy Blanco, venezolano

14/8/11

(...)

Hace frío sin ti,
pero se vive

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Roque Dalton, El Salvador

11/8/11

Yo te conozco, sé lo que piensas (4)

No quieres ser antipático ni grosero, pero esto lo tienes atragantado hace unos meses y sospechas que ha llegado el momento de soltarlo. Mentalmente, claro está. Total. Eso te pasa por ofrecida, hablas contigo refiriéndote a mí. Eso te pasa por interpretar las lecturas como quieres para luego esperar que se repitan igualitas en la vida real. Joder, niña ilusa, insípida y aburrida. Aprende. Eso te pasa por no saber francés ni latín, por no saber tocar la guitarra, por no conocer a los pintores clásicos. Te pasa por vivir en una isla. Si al menos fueras un poquito como yo, no sé. A lo mejor…

7/8/11

¿Y si no quiero?

“La vida es un problema de manejo. Hay que aprender a manejar las emociones, los sentimientos y frustraciones. Hay que aprender a manejar los talentos, los conocimientos. Hay que aprender a manejar el tiempo, la salud. Es lo único que hay.”
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Esto dice Lucas Lafleur, sacerdote canadiense afincado en República Dominicana.
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Remanentes de una entrevista.

4/8/11

Salve, Halfon

No creo en Dios, le dije despertándola de su trance, pero sí hablo con él todos los días. (El boxeador polaco, Pre-textos, 2008)

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Mayo, 2011. Desplegados en la mesa, cientos de libros te desafían a que los tomes y te atrevas a leerlos. Algo así como los sueños de Galeano. Son tantos que cuesta decidirse. Entonces alguien con tremendo gusto literario te recomienda algunos, entre ellos un libro en cuya portada sobresale un único color y que, a juzgar por el dibujo de la tapa, debe tratar sobre un joven boxeador con cara de bobo.
A menos que ya conozcas al escritor, si no fuera porque el gusto literario del alguien que te recomienda el libro está más que probado es posible que no lo hubieras tomado. Perdón, es posible que yo no lo hubiese tomado.
No me gusta el boxeo, pienso. Pero venga. Que los festivales son para gastarse el dinero en libros, así no los leas nunca. Sólo un tarúpido juzgaría un libro por la tapa, aunque…
En fin, en este caso, otro más que abonará la pila de los 70 que esperan, en los rincones de mi cuarto, ser hojeados.
Dicen que el autor anda por ahí. Espero no topármelo, no conocerlo, no ver su cara ni que me firme el libro. En mi repertorio de teorías personales, el lector sólo debería pedirle al autor que le firme un libro después de leerlo. Y si le gustó el libro, claro.
Anda, que no se pudo no conocerlo. Para colmo, es superchévere, el tipo. Por estar de simpática, ahora tendré que leerlo. Porque el autor ya sabe que lo tengo y para no ser indeseable con el anfitrión.
Más tarde echo una miradita a la primera página. No. No quiero que me guste. No quiero leer 104 páginas acerca de un boxeador polaco de ojos verdes. Detente, vista, no sigas.
Nada. Que si leíste las 19 líneas del primer párrafo no habrá forma de que pares. El guatemalteco Eduardo Halfon se las ingenió para que una no pueda leerlo entre líneas. No este libro. Si lo haces, tienes que devolverte a ver qué te perdiste, no porque Halfon haya incluido palabras domingueras ininteligibles para los lectores… como yo. Que no lo hace.
Es otra cosa. Es el temor a volarte sus frases dibujadas, sus diálogos hechos de espuma (livianísimos, como si flotaran), sus insinuaciones...
Halfon escribe como quien no quiere la cosa. Los críticos, que a todo le ponen etiquetas, le llaman fluidez.
A mí se me antoja que escribe como seguramente dibujaba sus caballos Sachá Tebó, con dos o tres sutiles trazos que, sin embargo, te sugieren si el animal está volando, comiendo o echado.
Y Halfon (como esa mirada del maestro que se te queda mirando mientras explicas la clase) sugiere tantas cosas…
El boxeador polaco es apenas el personaje a descubrir, el hilo conductor de los cuentos o capítulos (depende cómo quiera verlo el lector) tan dulce y exquisitamente trabajados que una se pregunta por qué diañe no lo habíamos descubierto antes (al autor), o cómo diañe es que un ingeniero industrial puede escribir así, tan fácil, como si no le costara nada.…
Porque, ¿qué tienen de especial el aula de una universidad donde se enseña literatura, un joven que escribe poesía, un pianista enajenado con la música que toca, un número grabado en el brazo, un campo se concentración, el tema para una conferencia que no sale, Mark Twain, un boxeador polaco, la realidad, la literatura en sí?
Qué sabe una. Poca cosa, puestos así. Es Halfon el que los ve de otro modo, el que los muestra de otro modo. Y el único culpable de que una se sienta algo incómoda cuando las páginas se están acabando. ¿Por qué se tiene que acabar (el libro)?
Al llegar a las últimas palabras, y como para evitar el desprendimiento total con la obra, comienzan las interrogantes: ¿se incluyó el autor a propósito en las historias del libro de relatos? ¿O era una novela? ¿Fuma, en verdad? ¿De lo leído qué es verdad, qué es mentira? ¿Son así de enigmáticos, dulces, dibujados, sus otros libros?
Y cuando no queda más remedio que terminar la lectura y cerrar el libro llega, flotando, la espinita final: la misión voluntaria de tener que llevar a todos lados al Boxeador polaco, esperando algún día encontrar a su autor para pedirle, discreta, vergonzosamente, que tenga la bondad de firmarlo…

24/7/11

La poesía de hoy

El sinoficio del profesor llevó al aula una lista de más de 300 obras de poetas dominicanos. ¿Hay tantas, pensé? Uf. Mínimo, léanse 50, dijo. Todos los caminos conducían a un solo lugar de la Zona Colonial (legendario y entrado en años) y allí nos fuimos Yulen y yo, disciplinadas, locas por conocerlos, por leerlos. A los muertos y a los vivos, a los que escribieron sus poemas y a los que se los dictaron. El lugar olía a humedad y ellas, como siempre, se quedaron sentadas, respondieron sin reír el saludo y nos dejaron escudriñar los estantes hasta que decidimos, más que por pedir ayuda con los títulos, entablar conversación con tan reconocida figura del mundo editorial local. Ella se asombró de todos los títulos que debíamos buscar y nos advirtió que muchas de esas obras sólo se encontraban en bibliotecas viejas y que otras apenas las conocía.
Y díganos, preguntamos Yulen y yo, de indiscretas, ¿lee poesía, cuál es su poeta favorito?
–Ahora casi no leo –confesó.
Y agregó con una mueca:
–No me gustan los poemas de ahora. Ni siquiera riman…

13/7/11

Un cuento para 'odiar' a su autor

Mira que hay cuentos hijosdelagranputa, pero este del grecoirlandés Lafcadio Hearn dice quítate. Se llama El secreto de la muerta. Lo resumo. La chica muere, queda en el limbo y se aparece en su cuarto con el deseo de llevarse “algo” que se le quedó. Por más que desmantelan la habitación, nadie da con la “cosa” que la mortifica y que le impide descansar en paz. Al igual que la familia de la muerta, el lector comienza a desesperarse a medida que avanza el cuento. Entonces llega el sumo sacerdote del pueblo, habla con ella, le dice que la ayudará y le pregunta si olvidó “algo” en la estancia. Ella asiente, él lo busca y lo encuentra: era una carta.
—Esta misma mañana será quemada en el templo —prometió el sacerdote—, y nadie la leerá salvo yo.
Y eso ocurrió exactamente. La muerta no volvió. Y el sacerdote, como buen sacerdote, guardó su secreto…

4/7/11

Regrésamelo

Acércate.
El fondo,
¿logras verlo?
Oscuro.
Frío.
Agrietado.
Con las huellas
de tus manos
en las paredes de carne.
Con tu firma
en la sangre.
Es el hueco que
ha quedado
en el lugar
donde
una vez
estuvo
un corazón.

28/6/11

No es buen momento para escribir poesía

Llueve de a ratos. El sol quiere pero no sale. Hace frío. Todo está en calma. Todo bien. Todo a tiempo. Todo marcha. No hay prisas. El día transcurre de lo más normal. Demasiado normal. Tu recuerdo no atormenta ni duele. No, no es buen momento para escribir poesía.

22/6/11

Si tú no estás (merengue)

Yo sé
sacarle identidad
al sentimiento.
¿Qué crees?
¿Que hablar así, de amor, no cuesta nada?
Ya ves
lo mucho que cotiza
la distancia.
Qué importa por quién, el cómo, cuándo y por qué.
De hierro es mi fe. Lo digo sin jugar.

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The New York Band (en la voz de Cherito)

15/6/11

(...)

"Suéñeme, que le conviene. Suéñeme, que le va a gustar."

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Eduardo Galeano
Los sueños de Helena
El libro de los abrazos

9/6/11

Algo de Palomos

En la mente cabe todo, por eso nos mete en tantos problemas.

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“Entro al cuarto. Enciendo la computadora. La apago. Tomo un joystick, pero lo abandono sin usar. Cojo el control remoto, pero se me ocurre que a la pantalla de la televisión el negro le sienta mejor. Hojeo algunos libros. Pienso cuál es el límite para escribir libros, o sea, si hay prestablecido un momento en que la humanidad se dé cuenta de que todo tiene un límite, un ya está bueno.
Me tiro sobre la cama panza arriba. Ahí está el techo, en el mismo lugar donde lo dejé, a nivel de tranquilidad, con una profunda sabiduría que le impide el vano intento de tratar de escapar de sí mismo. Pienso en la gente que ha muerto en el barrio, en los que están vivos, en la televisión, en los Fox Billy Games, en Dostoievski, que escribía tanto… En la mente cabe todo, por eso nos mete en tantos problemas. Pienso en mamá. A veces se me acerca y me susurra que no piense tanto. Decido hacerle caso. Oprimo un botón y pongo la mente en blanco”.

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Pedro Antonio Valdez
Palomos (Alfaguara, 2009)

2/6/11

"La vanidad, mi pecado favorito"

Vaya que Dios es de lo más vanidoso.
Creó una linda burbuja y metió dentro todo tipo de paisajes, un cielo, montañas, flores, animales, ríos, criaturas que piensan...
Y todo sólo para que esas criaturas lo amen.

Yo te conozco, sé lo que piensas (3)

Nunca creíste que fuera experta en legeremancia. Y yo que no quiero serlo. Ahora no estaría leyendo la tablet de tu cerebro, ni interpretando las señales del patio trasero de tus ojos que mirándome me dicen: Anda, bonita, entiende. No es que no quiera, es que no se puede. Disfruta el momento, que de ahí no va a pasar. Es así la vida, bonita. Ni siquiera entiendes de (mis) gustos literarios, el primer requisito para permitirle a una chica pasar y ver. A mí me gusta Allan Poe, tú prefieres a Julio Verne. A mí me gusta la poesía, tú prefieres los relatos. A mí me gusta la historia, tú matas por una novela de ficción. Adoro las conversaciones inteligentes, tú pagas por parecer tonta. Tienes un poco baja la autoestima, yo detesto a la gente que no se quiere. No, bonita, en este caso tú eres la excepción. Me gustas, eso creo, pero no te vayas a enamorar de mí. No me idolatres, bonita. No quieras conocer mi álter ego, no me obligues a mostrártelo porque, de hacerlo, me odiarías con razón, así como odias a los personajes malos de tus paquitos favoritos…
Y no quiero que me odies, bonita. Tampoco así. Yo más que nadie sé que, “debajo de cualquier yagua vieja, puede salir tremendo alacrán…”

31/5/11

José Mármol, aforista

Estuve al tris de ponerlo en el menú de la izquierda, pero pesa más la mala vibra que la buena lectura. Como casi nadie sabe, José Mármol es uno de mis poetas no favorito. Es que escribe para gente inteligente y... bueno, yo...
En realidad, es que mis hormonas deben estar de buen humor para leer poesía. Y la suya, eh...
Pues qué creen, ¡es un tremendo aforista! Cuánto duele admitirlo. Mis hormonas estaban de plácemes en la Feria Internacional del Libro 2011, así que los ojos se posaron sin mucha ceremonia en el libro Maravilla y furor: aforismos y fragmentos (2007), en el pabellón de autores dominicanos. De los fragmentos ni hablar: un desastre, la mayoría, para mi pésimo buen gusto, pero los aforismos están superchéveres, ingeniosos, con todo y el rastro metafísico que siempre lleva a cuestas el autor. El primero: No se vive, no se goza, se padece el amor. (Ejem). Y otros cortitos para que vean que es cierto:
- No hay soledad más verdadera que la del poeta sumido en la elección de una palabra.
- Hay desastres del espíritu que mientras no se hacen realidad no dan nada de sosiego ni al pensamiento ni al cuerpo ni al atardecer.
- Cuando el vacío que funda la existencia te da una tregua, te sobreviene la ilusión de haber sido feliz.
- La muerte sigue a la vida, y viceversa, como el predicado al sujeto, y viceversa.
- Escribir es una forma de sacar a flote, en primera persona del singular, la imaginación y el pensamiento de la tercera personal del plural.
- El destino es el hombre mismo. Su derrotero está en el mapa de su determinación.
- No temo a la muerte. Aborrezco su recuerdo.
- No es por la sinceridad que vale el creador. En esto se equivocó Tolstoi contra Shakespeare. El poder del genio está en la simulación.

Y el mejor:
Una generación literaria es el recuerdo de un grupo de escritores que al leer obras de los mismos autores terminan subrayando las mismas ideas, las mismas metáforas y los mismos equívocos.

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P.D. al 2016: ya Mármol no me cae tan mal, que conste...

28/5/11

No me fío

“No confío en aquel que vende amores; el amor jamás es un favor”.
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(Canción No me fío, escrita por J.C. Calderón)

16/5/11

La bruja que envenena la manzana

No sé cómo abrir el frasco del tiempo
para quedarme dormida en medio del
bosque.
Ningún beso silba sobre la rama de un árbol.
Ninguna manzana puede hacerme
dormir
tanto como quiero.

Mi príncipe ya duerme conmigo
en un bosque pintado en nuestra sábana,
allí me tiendo cada noche,
en una urna tallada de ácaros y plumas,
y tomo una píldora para asegurarle
que me despertaré de nuevo.

Pero cada amanecer
el rocío se empapa en mis mejillas
y me asomo al estanque
para escuchar atenta el croar de la rana
y me veo exactamente como no lo
contaría.
Me muestra que no soy la princesa,
soy la bruja que envenena la manzana.

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Farah Hallal Muñoz, dominicana
Una mujer en caracol, 2009

Gay Talese sobre periodismo

“El periodista bien formado es el que va a contar la verdad siempre, y sin ella no se puede vivir. Cuando la gente dice que el periodismo, tal y como yo lo entiendo, está muerto, o que el Nuevo Periodismo no es periodismo, y que las noticias están en Facebook o en los blogs, siento sinceramente que no puede ser, porque sería trágico.” (Madrid, agencia EFE)
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Talese es periodista y escritor, pionero del 'nuevo periodismo'.

13/5/11

Recital Naturaleza y Paz

Nota del Festival de Poesía en la Montaña
Vía Taty Hernández
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Para dar una oportunidad a la paz en poesía y canto y arte y mucho más, el Festival de Poesía en la Montaña realizará el Recital Naturaleza y Paz, enmarcado en las celebraciones del V Festival Internacional de Poesía Palabra en el Mundo. Este evento se efectuará el domingo 15 de mayo a las 12 del mediodía en el Pabellón de Autores Dominicanos de la XIV Feria Internacional del Libro, Santo Domingo 2011.
La convocatoria del V Festival Internacional de Poesía Palabra en el Mundo nos llama a que "realicemos esta fiesta de la cultura dedicada a celebrar lo humano en armonía con la naturaleza. Queremos Paz Permanente para dedicar la mejor energía a las soluciones que la vida reclama, para desarrollar las potencialidades de creación y felicidad del género humano. No son las noticias diarias de corrupciones, crímenes, tragedias, las que hacen el mundo, el mundo somos todos en la suma de nuestras vivencias pequeñas, gestos cotidianos, anónimos, proyectos, empeños y trabajos, vocaciones y encuentros y reencuentros, por más que los medios que forman el coro de los establecidos apetitos de lucro se empeñen en borrar las huellas de nuestro paso. Toda crisis puede ser la oportunidad para un nuevo comienzo, hagamos de la vida no lo que sucede en otra parte sino lo que queremos que sea realidad en nuestro palmo de planeta, démosle a la vida una nueva oportunidad sobre la tierra, ahora y para todos, siempre entre todos".
El Festival de Poesía en la Montaña se acoge a este llamado universal del V Festival Internacional de Poesía Palabra en el Mundo dado que se enmarca en sus objetivos fundamentales de promover la poesía como alimento del espíritu y bálsamo al ser esta la más pura de las artes, de motivar la creación poética para que sirva de canal en la formación de mentes puras con ideales sanos, erradicadores de la violencia y de instintos permisivos de las bajas acciones y de incentivar al cultivo de la amistad y la solidaridad.
Con este recital, la Fundación Festivales de la Montaña inicia las actividades promocionales del 9no. Festival de Poesía en la Montaña Jarabacoa 2011 que se realizará del 26 al 28 de agosto próximos en la ciudad de la eterna primavera.

30/4/11

No jodas, abril, te llevaste a Sábato

“Yo escribo porque si no me hubiera muerto, para buscar el sentimiento de la existencia”.
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“Extraviado en un mundo de túneles y pasillos, el hombre tiembla ante la imposibilidad de toda meta y el fracaso de todo encuentro”.
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Ernesto Sábato (Buenos Aires, 1911-2011)

19/4/11

En el último lugar del mundo

Me sobra el sol del campo
me sobra la luna desnuda
me sobra el deseo
me sobra el manantial
y mi libro de Neruda
si no tengo tus labios
para sentirlos
me sobra todo…
Me sobran motivos tristes
me sobran canciones de melancolía
me sobra un día de cada semana
y sobro yo…
si hago que una lagrima sobre
y salga de tus ojos

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En el último lugar del mundo
luego de la cordillera
escondería las palabras
mis poemas si te fueras
En el último lugar del mundo
en cada pedazo de tierra
esparciría yo mi llanto
para que hallaras mi huella

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Me sobra el paisaje
me sobran los viajes de ida y volver
me sobra el aire
me sobran los ojos
y el poco sentido que le doy a la vida
si tu no la vives solo conmigo…

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(Ricardo Montaner)

14/4/11

"El reino de este mundo" (Alejo Carpentier)

"...agobiado de penas y de tareas, hermoso dentro de su miseria, capaz de amar en medio de las plagas, el hombre sólo puede hallar su grandeza, su máxima medida en el Reino de este Mundo."

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Publicada en 1949 por el escritor cubano Alejo Carpentier, el primer contacto con la obra es un prólogo del autor en el que describe su descubrimiento de lo real maravilloso en América a partir del viaje que realizara a Haití en el año 1943. El reino de este mundo no es más, precisamente, que la historia de Haití – entre 1750 y 1830- narrada a través de la vida del esclavo negro Ti Noel y basada en hechos que tendrán como figura central un personaje llamado Mackandal y su sucesor, Bouckman.

En una lectura ágil, de lenguaje actualizado y al mismo tiempo de época, Carpentier nos narra cómo la vida en la ciudad de Cabo Francés, al norte de la colonia francesa de Saint Domingue, es alterada por los planes de alzamiento del manco Mackandal, quien, según la historia, logra escapar de su ejecución en el fuego convirtiéndose en animal y, de paso, en fuente de inspiración de los negros esclavos.

Ti Noel participaba de las rebeliones –envenenamiento de animales y luego de personas- a escondidas porque siempre estuvo fascinado con Mackandal y por ello apoya al jamaiquino Bouckman, que continúa la incitación de Mackandal basado en las historias que llegaban de Francia sobre el fin de la esclavitud.

Pero con la revolución también llegó otra vida, la impuesta por Henri Christophe, primer rey negro del naciente país, que para Ti Noel no fue menos cruel ni humillante que la misma esclavitud impuesta por los blancos y cuya grandeza, reflejada en la fortaleza de La Citadelle y del palacio de Sans Soucí –en cuyas obras fue obligado a trabajar Ti Noel pese a ser muy anciano-, confirman el deseo del rey de restablecer una corte napoleónica en un reino que distaba mucho del estilo europeo que intentaba homologar.

La frase que da vida al título de la obra la encontramos en los párrafos finales, cuando Ti Noel comprende que “en el reino de los cielos no hay grandeza que conquistar, puesto que allá todo es jerarquía establecida, incógnita despejada, existir sin término, imposibilidad de sacrificio, reposo y deleite. Por ello, agobiado de penas y de tareas, hermoso dentro de su miseria, capaz de amar en medio de las plagas, el hombre sólo puede hallar su grandeza, su máxima medida en el Reino de este Mundo”.

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Yalo
Literatura del Caribe Hispánico
Maestría en Lengua y Literatura (UASD)
Práctica para el profesor Eulogio Javier
2008

13/4/11

¡Soy una novela! Aaaaggghhh...

¡Nooooo! Qué horror. Hace unos segundos entré a ver las novedades de Alfaguara
y me topé con que soy una novela de Elias Khoury. Ya me cae mal este escritor. Lo estoy investigando en estos momentos. Ah, bueno, esto dice Wiki sobre él: Elias Khoury (transcripción más habitual del árabe الياس خوري Ilyās Jūrī) es un escritor, dramaturgo y crítico literario libanés, nacido en Beirut en 1948. Es uno de los escritores árabes más conocidos, tanto dentro del mundo árabe como fuera de él.
El libro, publicado originalmente en 2009 (en 2011 por Alfaguara), ha sido traducido del árabe por Jaume Ferrer Carmona. Mierda, hasta la tipografía es la misma que uso para escribir mi nombre en algunas fotos. Comencé a leer los primeros párrafos, llenos de Yalo (el protagonista), y pensé que me desnudaban, que me violaban, qué sé yo. ¿No pudo escoger otro nombre, el tipo, más lindo, más bucólico? Nooo, tuvo que ser Yalo.
Sólo espero que la historia tenga un lindo final...

6/4/11

Yo te conozco, sé lo que piensas (2)

Emperatriz se puso boba al verte. “Tienes el don de fascinar y de volver idiota a la gente”, te dijo al acercarse y pedirte un autógrafo. Tú sonreíste. Siempre sonríes. En la noche, a punto de quedar rendido, pensaste que no debiste reír. Acostumbrado a complacer a todo el mundo, no reparaste en que no fue un piropo lo que dijo la chica. Que no es ningún don “volver idiota” a la gente. Que prefieres ser amado y admirado con razón y alevosía y no con ese romanticismo enfermizo que embelesa y enturbia la mente. Los que así aman se arriesgan a ser víctimas del único verbo que no debe formar parte de ninguna relación: sufrir. Acomodaste el cuerpo entre el colchón y las sábanas, cerraste los ojos y te dijiste: “No sé quién era, sería un alivio saber que nunca la volveré a ver”.

31/3/11

Mi último espectador

Tú... serás mi último espectador
serás mi última canción de amor
serás mi tiempo para recordar.
Tú... serás mi último conversador
el último viajero de mi tren
mi última estación...

23/3/11

El maldeamor

Por Paquito

El maldeamor es una vaina que te desajusta, que te desmonta todos los significados. Fácilmente puede convertir la mejor tarde de sábado en un deprimente derroche de mucosa nasal y tuiteo de pendejadas.
No hay llamada ni chercha que lo cure. Cuando alguien intenta distraerlo con dos o tres petacazos, apenas consigue acentuarlo, con risas estúpidas, y hasta con babeo. Y ahí sí es difícil la situación, porque de la tristeza brutal se pasa a la risa sin razón, a la payasada.
El maldeamor altera los sentidos, hace que la más tonta canción romántica te recuerde momentos que ni siquiera viviste, o que la voz de quien no está en ti aparezca en todas partes, con una omnipresencia que el mismo Dios envidiaría. ¿Y los olores? Sin buscarlo, encuentras el perfume de aquella persona que te saca el pie en un desabrido pepino de ensalada o en una esquina de la cama en la que nunca estuvo.
Quien tiene maldeamor exagera la comida. No come nada hasta que se le pasa la enfermedad, o se traga un tanque de lo que sea hasta que le llega el sueño por hartura simple.
En vano llueven los consejos de la madre, el padre, los tíos o los amigos. Nadie tiene la fórmula adecuada para evadir los síntomas del maldeamor, capaces de tumbar al hombre más robusto y a la mujer más determinada.
Sólo el tiempo puede hacerle frente a este fenómeno que por lo menos sirve para recordarnos dónde, cómo y por qué se agita aquel aparato musculoso llamado corazón.

15/3/11

Todavía creo en el amor (Nelson Ned)

A pesar de los golpes y heridas 
con los que me ha pagado la vida
parece mentira 
pero todavía creo en el amor
y por más que yo piense es mentira
que no volveré a amar mientras viva
también es mentira 
porque todavía creo en el amor

Todavía creo en el amor
la verdad es que siempre he creído
aunque sólo ha jugado conmigo
con mis sentimientos y mi corazón

A pesar de que paso los días
junto a la soledad que es mi amiga
parece mentira 
pero todavía creo en el amor
y por más que me engañe y yo finja
que no quiero buscar compañía
también es mentira 
porque todavía creo en el amor

Todavía creo en el amor
la verdad es que siempre he creído
aunque sólo ha jugado conmigo
con mis sentimientos y mi corazón

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8/3/11

“Machismo” en el uso del idioma

Felipe Ciprián

Se abre paso la moda de pretender lograr una equivalencia, igualdad y paralelo, a la hora de hablar o escribir, para integrar al género femenino en aquellos casos donde no lo estaba, en un esfuerzo por hacer creer que con ello se logra vencer la discriminación de la mujer.
Este artículo, escrito por un varón que no se considera machista en lo absoluto, intenta demostrar que en el sano propósito de contribuir a intensificar la participación de la mujer en todas las actividades, lo que realmente se está logrando es que la sonoridad de un idioma tan bello como el español, se pierda la capacidad de comprensión y de expresión.
Quienes piensan que se es feminista cuando se dice, por ejemplo, “nosotros y nosotras amamos la patria”, en realidad hacen de una oración elegante, comprensiva y didáctica, un trabalenguas ininteligible.
Tal vez no comprenda yo suficientemente la problemática femenina, pero nunca he estado de acuerdo con que se asignen cuotas especiales para la mujer en un país y en una sociedad que no las excluye legalmente.
¿Por qué hay que dar el 33 por ciento de los cargos electivos a las mujeres?
Mi humilde opinión es que si hay mujeres con capacidad de trabajo, con inteligencia, con disposición, lo único que hay que hacer es reconocerle su espacio y si tienen que ser el 90 por ciento de los legisladores, de los alcaldes, pues que lo sean, porque lo más importante no es el género, sino la preparación, la honestidad, la capacidad de trabajo, el liderazgo.
Dar una cuota a la mujer para que por fuerza tenga que tener una representación, es la aceptación, por ellas y por quienes la dan, de que están discriminadas y necesitan ser “ayudadas”, cuando en la realidad eso no es así.
¿Con qué cuota femenina fue que Minerva y María Teresa Mirabal obtuvieron posiciones cimeras desde el primer momento en el Movimiento 14 de Junio para enfrentarse a la dictadura de Trujillo?
Hurgando más profundamente en la historia… ¿Quién dio, por ser dama, un lugar de honor a Anacaona para ser una líder indiscutible de la mujer aborigen cuando el colonialismo español llegó a América a acabar con esa raza y robar sus riquezas naturales?
¿Con qué cuota femenina fue que María Trinidad Sánchez, Concepción Bona y Juana Trinidad, mejor conocida como “Juana Saltitopa”, adquirieron renombre como heroínas de la lucha independentista?
¿Acaso necesitaron cuotas las mujeres que acompañaron a los “gavilleros” que enfrentaron a las tropas norteamericanas durante seis años de resistencia entre 1916 y 1922?
Las mujeres combatientes durante la Guerra de 1965 y la resistencia a la segunda agresión norteamericana del siglo pasado no necesitaron cuotas ni lenguaje genérico para integrarse valientemente a las batallas que elevaron por lo alto la dignidad de los dominicanos en aquella lucha desigual.
Los ejemplos sobran para demostrar que donde hay mujeres con verdaderas condiciones de liderazgo, con capacidad, con disposición y entrega, no hay fuerza que la detenga y no hay hombres que las impugnen con éxito por su sola condición de mujer.
¿Con qué cuotas lograron las periodistas María Ugarte, Nuria Piera, Alicia Ortega, Altagracia Salazar, Patricia Solano, Esperanza Ceballos, Nita Ontiveros, Margarita Cordero, Sara Pérez, Ángela Peña, entre otras muy destacadas de distintas generaciones, conquistar un espacio en los medios de comunicación en los que demostraron que se puede ser mujer y ser valiente sin defraudar a la gente que las sigue ni perder su condición de género ni necesitar muletas?
Decir “nosotros y nosotras, dominicanos y dominicanas, aquellas y aquellos” y demás tonterías para referirse a personas que pertenecen a una misma sociedad, es solo un simplismo que lejos de estimular a la mujer a conquistar cada día su espacio por sus cualidades, se lo quieren regalar por su sola condición de mujer.
¿Por qué no se da una cuota de participación a los jóvenes y cuando nos vayamos a referir a una persona aclaramos que puede ser joven o vieja, que son la gran mayoría de la sociedad dominicana?
¿Por qué no se le da una cuota a los viejos, que significan la experiencia, la memoria y la templanza?
¿Por qué no se le da una cuota a los negros, y cuando nos vayamos a referir al género humano hablamos de blancos, amarillos, mulatos y negros, ya que éstos también son la mayoría de los dominicanos?
¿Por qué no se le da una cuota a los minusválidos, que son discriminados en el trabajo, en los deportes, en las actividades sociales y recreativas?
¿Por qué no darle una cuota a las personas que tiran y batean a la izquierda, sin son una minoría importante en la sociedad?
¿Por qué no dan los legisladores una cuota a los homosexuales y lesbianas, que son una importante minoría que en la mayoría de los casos es gente con dotes de artista?
¿Por qué no darle una cuota a los evangélicos, otra a los musulmanes y a los ateos si son minorías organizadas importantes frente al predominio del catolicismo romano?
A veces me provoca hilaridad la simpleza de quienes dañan el idioma por entrar en la moda de nombrar a los “dominicanos y las dominicanas”, porque hay un sinfín de palabras insustituibles con un mínimo de lógica.
Si para muchos es fácil decir “nosotros y nosotras” en cada discurso, a pocos se les ocurre decir “el teléfono y la teléfana”, “el celular y la celular”, “la isla y el islo”, “la patria y el patrio”, “la biblia y el biblio”, “el océano y la océana”, “la luna” y “el luno”, “el sol y la sola”.
Hay palabras que al convertirlas al “feminismo” pierden totalmente su significado para convertirse en otra cosa, como sería el caso de decir “el puerto y la puerta”, o mejor “el libro y la libra”.
El idioma tiene tantas palabras en femenino como en masculino y si no somos tontos podemos usarlas convenientemente sin que convirtamos la forma de hablar y escribir en un tartamudeo anfibológico que ronda en un dialecto tribal.
El español, y junto a él todas las lenguas, tienen en femenino o en masculino tantas palabras como necesita. Por eso no se dice “hombre y hombra”, sino “hombre y mujer”; tampoco se dice “varón y varona”, sino “varón y hembra”, al igual que no se habla de “hembro”.
Hablar o escribir duplicando los sustantivos y adjetivos para forzarlos a expresar algo para lo que no fueron creados, es dañar el idioma en un formalismo que no necesariamente es práctica cotidiana en la calle, en la casa, en el trabajo y en el partido.
Quisiera ver los poetas, o quizá las poetizas, que escriban con elegancia una poesía, un himno o una canción usando esas formas repetitivas con pretensión de dar igualdad de género.
Quiero la plena participación de la mujer en todos los ámbitos de la sociedad, pero no de cualquier mujer por su mera condición de hembra, sino de las mujeres que con su capacidad, cabeza propia, liderazgo y entusiasmo, conquisten sus espacios en lucha de igual a igual, sin muletas, sin tomarlas de la mano para cruzar la calle o subir la acera.

3/3/11

Juan Gelman sobre la escritura

"Cada vez que me siento a escribir, que por cierto no es una cuestión de voluntad y en general escribo muchos poemas de golpe, es porque una obsesión me obliga a buscar su raíz, que por lo menos en mi caso, no llego a conocer bien de qué se trata. No sé muy bien cómo se da el proceso de la forma y el contenido en mi interior, lo que sí conozco es el resultado y lo que me pasa como vivencia llevada a la imaginación y a la palabra. Siempre hay una distancia muy grande entre estos elementos y por eso me ocurre que tengo una gran insatisfacción con lo que he escrito".

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En entrevista para Librusa

(...)

Te beso con dolor.
Me sabes a lágrimas.

1/3/11

Twitteratura

Concurso de literatura en la red social Twitter. Nuevas narraciones en 140 caracteres.

El 14 de marzo a las 10:00 a.m. (hora argentina) se desarrollará el concurso de literatura en redes sociales Twitteratura. Organizado e impulsado por la plataforma cultural iberoamericana hipermedula.org, formará parte del Festival Kosmópolis organizado por el CCC Barcelona.
El concurso, que durará 12 horas, prevé una instancia de preselección del material recibido y luego un jurado determinará quién será el ganador que se lleve el iPad designado como premio.
Para el cierre y premiación se realizará un evento a través de la Anilla Cultural que conectará en forma simultánea artistas de Estaña, Chile, Colombia, Brasil y Argentina, quienes intervendrán las micronarrativas participantes y las convertirán a formatos multimediales.

Más información en:
Hipermedula.org

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21/2/11

¿Por qué te entregas? (Anthony Ríos)

¿Por qué jugar con sentimientos
si no sientes nada?
¿Por qué esa entrega de tu cuerpo
flor de madrugada?
¿Por qué la llave de tu cama
no aparece ahora?
¿Por qué te muestras fría y esquiva
después que enamoras? 

¿Por qué te entregas?
Si no sientes el amor
¿por qué te entregas?
Si para ti no hay ilusión
¿por qué te entregas?
Llenando de esperanzas
cualquier noche
en un derroche de caricias,
de pasión... 

¿Por qué te entregas?
Sin importarte hacer sufrir
¿por qué te entregas?
Para después volar, partir
¿por qué te entregas? 
Sin importarte nunca
los despojos que, a tu antojo,
vas dejando en tu existir... 

¿Por qué no habrás pensando
nunca que los otros sienten?
Será que las penas de otros
sólo te divierten. 
¿Por qué no habrás tomado en cuenta
que existe un mañana
que espera detrás de la puerta
y todo te reclama?

¿Por qué te entregas?
Si no sientes el amor
¿por qué te entregas?
Si para ti no hay ilusión
¿por qué te entregas?

Llenando de esperanzas
cualquier noche
en un derroche de caricias,
de pasión...
¿Por qué te entregas?
Sin importarte hacer sufrir
¿por qué te entregas?
Para después volar, partir
¿por qué te entregas?
Sin importarte nunca 
los despojos que, a tu antojo, 
vas dejando en tu existir... 

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17/2/11

Leer y pensar (1)

"... muchas personas sólo leen para no tener que pensar."

Uy. La frase es del novelista y ensayista francés André Maurois (1885-1967). Yo no sé si es bueno o malo eso, preferir leer para no pensar. Me gusta interpretarlo de otro modo: si muchos leemos para no pensar (claro que estoy en ese grupo, ejem) y los escritores nos hacen el favor de llenar nuestras cabezas con sus creaciones (incluidos sus complejos e incomprensiones personales), ¿aceptarían ellos, los escritores, pagar las consecuencias de los posibles trastornos y enfermedades que nos podrían causar –y que de hecho nos causan, vaya– sus escritos? ¿Aceptarían pagar una indemnización a nuestro favor si no nos gustan sus finales, si nos enamoramos de un personaje que muere al final de la trama o si discrepamos de las concepciones que pusieron dentro nuestro? 
Lo pensarían dos veces antes de publicar, los pobres. Las secuelas, buenas y malas, preferiblemente malas para el caso que nos ocupa, serán el resultado de una lectura fácilmente comprobable (recuerden que para eso leemos, para no pensar) y por tanto (seamos más crueles) resultaría sencillo dar con el “culpable intelectual” de los padecimientos de la víctima, es decir, del lector.
Quienes la llevarían peor son los autores de relatos. Mientras más breve el relato, mayor la indemnización, por haber provocado el desorden emocional más rápido, a veces con una mísera palabra o frase. La muerte por relatos sería como recibir un tiro o un ataque cardíaco; mientras que la muerte causada por novelas podría ser comparada con envenenamiento o con el padecimiento de algún tipo de cáncer de esos que se toman su tiempo para matar. La poesía, por tratarse de un género cuya lectura y asimilación dependen del humor de las hormonas y sus efectos varían según el tono y el cansancio con que se lea, gozaría de alguna especie de amnistía. Los demás géneros, habría que ver.
Yo demandaría a muchos autores. A muchísimos. Comenzaría con el autor (dicen que Eduardo Barrios) de uno de los primeros libros que me hizo llorar, que leí en la adolescencia y que jamás he vuelto a ver en librería y biblioteca alguna: El niño que enloqueció de amor…

26/1/11

Miller, Premio Nacional de Literatura 2011

La poeta, novelista, educadora y crítica de arte Jeannette Miller ganó hoy el Premio Nacional de Literatura 2011 y se convierte en la tercera mujer que alcanza el galardón que otorgan desde 1990 la Fundación Corripio y el Ministerio de Cultura. Hilma Contreras, cuentista (2002) y María Ugarte (2006) han recibido el premio.