24/12/11

Algo de Los funerales de la Mamá Grande

…con unos ojos grandes y negros que le daban un aire desamparado.
Aquel día hizo un esfuerzo de concentración, llamando a la muerte, pero nadie le respondió.
…y pensando que si Dios no hubiera descansado el domingo habría tenido tiempo de terminar el mundo.
Sabía confusamente que algo estaba ocurriendo en el mundo, pero se sentía embotado, bruto, indigno del instante.
…pensando en un instante de iluminado patetismo que tal vez estaba asistiendo a la elaboración de un terremoto.
Le angustiaba mirar a la gente a la cara y cuando no le quedaba otro recurso que hablar, las palabras le salían diferentes a como las pensaba.
….
“Todas las calles de todos los pueblos conducen inexorablemente a la iglesia o al cementerio”.

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Gabriel García Márquez
Agosto, 1978

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