18/6/12

Elsa Núñez celebra 50 años en el arte


...con una retrospectiva en el Museo de Arte Moderno (MAM)




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Yaniris López
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Es la celebración de una relación con el arte que inició cuando tenía 12 años y que se hizo pública y oficial en 1962, a los 19, al graduarse en la Escuela Nacional de Bellas Artes. Un posgrado en la Real Academia de San Fernando de Madrid entre 1970 y 1974 la llevaron a Europa y al regresar se consolidó como una de las más reconocidas pintoras dominicanas.
Son 50 años difíciles de resumir y cargados de nostalgia en los que Elsa Núñez rememora para Listín Diario sus inicios, las clases de pintura con los maestros Jaime Colson, Gilberto Hernández Ortega y José Gauchat y la amistad que mantuvo con los pocos alumnos que terminaban las clases.
De esos años como estudiante recuerda con cariño las tardes junto a Cándido Bidó, Leopoldo Pérez (Lepe), Iván Tovar y Rincón Mora.
“Yo era la única mujer del grupo. Después de las clases ellos cogían mi cartera, que era muy grande, para tumbar mangos y cajuiles en Güibia y preparábamos bodegones; cogíamos las frutas, las poníamos en un paño y las dibujábamos”.
Luego llegaría una época dura. La muerte de su hermano Rafael Núñez en la guerra del 65 y la convulsión social de esos años marcarían su estilo expresionista.
“Era una época en la que el ser humano reflejaba angustia, dolor, eso me afectó tanto que me hizo pintar esas obras tan fuertes y dramáticas. Usaba mucho el rojo como símbolo de sangre y violencia, el negro como luto, y figuras de madres desgarradas”, recuerda.

En España su estilo cambió influenciado por las visitas a los museos, la experiencia en la academia y el ambiente europeo. Las figuran angustiadas y los colores oscuros dieron paso a la luz. Núñez dice que ahora hacía una pintura optimista y romántica y es para esa época cuando aparecen las mujeres vestidas de blanco y las flores.
“Pero fue una etapa romántica y pasajera porque luego volví al expresionismo y ahora me encuentro entre dos vertientes, expresionismo y abstraccionismo”.
Esta evolución como artista la presenta en 120 obras del 5 de junio al 29 de agosto en el Museo de Arte Moderno (MAM). En la muestra hay 30 obras inéditas fechadas entre 2011 y 2012 de pinturas y dibujos.
Dos décadas especiales
Núñez se considera una gran admiradora del noruego Edvard Munch y del dominicano Hernández Ortega. Si tuviera que elegir algún período que la marcara como artista plástica (es licenciada en Filosofía por la Universidad Autónoma de Santo Domingo), Elsa se quedaría con los años 60 y los 80.
“Fueron dos épocas muy buenas para la pintura. El 60 dio a una de las mejores generaciones, no solo porque salieron buenos artistas sino por los ideales que estos artistas albergaban y pasaban a la obra. Fue la época de oro de la historia del arte dominicano. Y los 80 fue muy fructífera, mucha gente joven trabajó y han salido buenos artistas”, dice.


“No es cierto que me pinto a mí misma”
Con todo y sus hoy marcadas tendencias expresionistas y abstraccionistas, Elsa Núñez asegura que le queda mucho de romántica “porque el artista no puede detenerse en un estilo, tiene que evolucionar, introducir nuevos elementos que enriquezcan la obra, porque si no, se repite”.
Y lo dice pese a que por muchos años hay quienes han insinuado que se pinta a sí misma, algo que la pintora aprovecha para aclarar.
“No es cierto que me pinto a mí misma o que pinto solo mujeres. Fue una etapa bonita, de figuras románticas, pero luego pase al expresionismo fuerte y dramático que había vivido en los años 65 y los retomé, aunque de vez en cuando una vuelve y las pinte”.
Admite, sin embargo, que su estilo romántico ha sido el más vendido de su colección.
“Siempre he dicho que la creación artística es parecida al parto, y entones los hijos se parecen a los padres y la obra siempre tiene algo del artista”.
Hay otro tema que la apasiona mucho, la Tierra. Y hay mucho de ella en esta retrospectiva 1962-2012. “He pintado la tierra en todos sus aspectos, el corazón de la tierra, la tierra desgarrada, en esta exposición casi la mayoría son temas sobre la tierra, en todas sus manifestaciones”.

(+)
- Casi toda la obra de Elsa Núñez está pintada con acrílica debido a que, en sus inicios, el óleo le provocó una intoxicación.
- Elsa vendió casi todas las obras de su segunda exposición, en 1969, antes de marcharse a España. “Estaba asombrada, porque mis cuadros eran muy dramáticos, nada agradables”, dice.
- Está casada (38 años) con el también artista Ángel Haché.

10/6/12

Odio (Roger Wolfe)

Me faltan algunos odios todavía.
Estoy seguro de que existen.
Céline

El odio son las cosas
que te gustaría hacer
con el locutor deportivo
de la radio del vecino
esos domingos por la tarde.

El odio son las cosas
que te gustaría hacer
con el macaco de uniforme
que sentencia –arma
al cinto- que el semáforo
no estaba en ámbar, sino en rojo.

El odio son las cosas
que te gustaría hacer
con el cívico paleto
vestido de payaso
que te dice
que no se permiten perros
en el parque.

El odio son las cosas
que te gustaría hacer
con la gente que choca contigo
por la calle
cuando vas cargado
con las bolsas de la compra
o un bidón de queroseno
para una estufa
que en cualquier caso
no funciona.

El odio son las cosas
que te gustaría hacer
con los automovilistas
cuando pisas un paso de peatones
y aceleran.

El odio son las cosas
que te gustaría hacer
con el neandertal en cuyas manos
alguien ha puesto
ese taladro de percusión.

El odio son las cosas
que te gustaría hacer
cuando le dejas un libro a alguien
y te lo devuelve en edición fascicular.

El odio es una edición crítica
de Góngora.

El odio son las campanas
de la iglesia
en mañanas de resaca.

El odio es la familia.

El odio es un cajero
que se niega a darte más billetes
por imposibilidad transitoria
de comunicación con la central.

El odio es una abogada
de oficio
aliándose con el representante
de la ley
a las ocho de la mañana
en una comisaría
mientras sufres un ataque
de hipotermia.

El odio es una úlcera
en un atasco.

El odio son las palomitas
en el cine.

El odio es un cenicero
atestado de cáscaras de pipa.

El odio es un teléfono.

El odio es preguntar por un teléfono
y que te digan que no hay.

El odio es una visita
no solicitada.

El odio es un flautista
aficionado.

El odio
en estado puro
es retroactivo
personal
e intransferible.

El odio es que un estúpido
no entienda
tu incomprensión,
tu estupidez.

El odio son las cosas
que te gustaría hacer
con este poema
si tu pluma
valiera
su pistola.

9/6/12

Vivir así, sí...

“Hace 25 años, vivo en hoteles. Eso conlleva una ventaja, uno no se establece en ninguna parte, uno no se ata a nada, uno lleva una vida de transeúnte; tiene un sentimiento de estar siempre en el momento de partida, la percepción de una realidad supremamente provisoria”.
Emil Cioran

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Vídeo sobre su vida (Aquí)