26/8/12

(...)

Yo: "¿Puedo tomarle una foto?"
Ella, con pícara mirada: "Si me das..." (y se restriega las puntas de los dedos).
¡Accedí!


24/8/12

Don Celso...


Recién me entero de la muerte del profesor Celso Benavides y, al margen de la tristeza, no puedo evitar esbozar una sonrisa. Benavides era el maestro perfecto, y no porque fuera muy dulce o simpático, necesariamente. Docente en el área de postgrado de la UASD, recuerdo que en las clases de Lingüística de la maestría en Lengua y Literatura corregía con una dedicación pasmosa. Casi en todas las prácticas incluía un mini ensayo en el que invitaba al estudiante a exponer sus ideas de lo aprendido. Un día me entrega el mío corregido con una nota que decía: “Muy bien escrito, señorita, pero eso que usted dice no es cierto, no es así…”.

12/8/12

Gastrocuento, primer libro de relatos de Daniela Cruz

Un personaje resume su contenido: "Escribir cuentos con comida de por medio, o sea, en el texto, no durante la escritura".

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Yaniris López
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Santo Domingo.-  La comida es solo el enganche, el señuelo con el que Daniela Cruz Gil arrastra al lector hasta el interior de personajes en los que no se puede confiar y de historias que no son lo que parecen.
Sirva como ejemplo la primera, un relato que aparenta ser una introducción para justificar la complicidad entre literatura y gastronomía y que termina en la consumación ¿o simple insinuación? de un bucólico asesinato. Sí, hay mucho de muerte y tragedia en Gastrocuento. Y también de literatura, de cine, de comida basura, de humor negro, de insinuaciones sexuales, de acertijos culturales y geográficos y de obsesiones humanas.
Es el primer libro de cuentos de la periodista y escritora santiaguera y su primera publicación en solitario desde que comenzara a tomarse en serio la escritura a partir de 2003, mientras estudiaba en la UASD, universidad que le dio el título de comunicadora social aunque de adolescente su mayor aspiración había sido convertirse en abogada “y cambiar el mundo”.
Una cosa era segura, confiesa Daniela: sin importar la carrera que estudiara ni el oficio al que se dedicara, siempre supo que iba a dedicarse a escribir.
Con una sugerente imagen del ilustrador ruso Vania Zouravliov en la portada, esta colección de cuentos es su primera gran apuesta por la narrativa: diez historias que dejan el buen sabor de la literatura poco complaciente, de la literatura que insinúa, en la que los detalles y las referencias son un reto para el lector inteligente.
¿Por qué cuentos en los que el elemento principal es la comida? Porque además de que le gusta comer –lo admite sin remordimientos–, a Daniela le ha tocado vivir y ser testigo de escenas relacionadas con la gastronomía que merecen contarse.
Son increíbles las historias que se pueden hilvanar en un sitio donde la gente come, y de los personajes que comen a tu lado, dice Daniela, periodista de Listín Diario.
Más que los platos en sí, son esas historias tejidas alrededor de una cerveza, de unos crepes, de una hamburguesa, de un club sándwich, de una langosta o de unos plátanos fritos las que seducen al lector. Y como los títulos revelan poco de su verdadero contenido, le tocará al lector escudriñar entre las letras el motivo que le da sentido al texto, el descifrar si “la niña de la espina” es esa del cuadro aquel, si es cierto que se puede planificar un asesinato y vivirlo como si ya hubiese ocurrido ¿o sí ocurrió?, si afecta tanto que alguien muera un 31 de diciembre.
Y después de cada lectura, también le toca al lector la estocada final con la que terminan los buenos relatos: la deliciosa responsabilidad de tener que completar la historia.

Entre la poesía y la narrativa
Daniela Cruz ha escrito dos libros de poesía: “Ángel Terreno”, premiado por la Alianza Cibaeña en 2007 (en espera de publicación) y “Sueño errante”, merecedor de una mención en los Premios Funglode de 2008 (publicado en un volumen).
Gastrocuento (2012) es el resultado de una beca que le otorgó en 2010 el Sistema Nacional de Creación Literaria (Sinacrea).
Aunque la poesía es su fuerte, Daniela dice que se siente cómoda trabajando ambos géneros. “Como la beca te obliga a concentrarte, me di cuenta que sí puedo manejar ambos géneros, porque se complementan. Incluso hay dos autores dominicanos que me gustan mucho, René Rodríguez Soriano y Fernando Valerio Holguín, que se debaten en esa frontera y a veces la cruzan y la tumban”.

2/8/12

Yo te conozco, sé lo que piensas (9)

Una dulce melancolía atropella tu mente de juicios infalibles.
¿En qué andará mi niña tonta? ¿Con qué frecuencia piensa en mí? ¿Ya no me ama?
El entorno no ayuda. Esta librería me la recuerda, piensas. Esta ciudad literaria me la recuerda. Este invierno… Pobrecita. 
«El recuerdo es el único paraíso del cual no podemos ser expulsados», te dice al oído Jean Paul. Y sonríes. Ligeramente. Como un modesto campeón.
Claro que piensa mucho en mí. Soy su recuerdo, su paraíso, su biblioteca soñada, su manto de flamboyanes, su camino de tierra blanca y orillas verdes, su inspiración. Vive pensado en mí. Pero que siga pensando, la muy ilusa. Que siga soñando con tocar mis manos, besar mis labios, acariciar mi pelo, hablarme de letras... Yo se lo advertí. Le dije que no se enamorara de mí. Entonces que siga esperando que la llame, que le escriba, que la piense, que la necesite.
No.
«Ella no te necesita», te contesta Alejandro Casona: «Tiene tu recuerdo, que vale más que tú».