29/5/15

11/5/15

No es lo mismo ni es igual...

Emely (dos años y ocho meses) está entusiasmada porque empezará el colegio en septiembre. Muy entusiasmada. Es lo que más desea en el mundo. Mientras jugamos a asustarnos, ella en el pasillo y yo en el baño, incluye entre risas el siguiente grito en su repertorio:
— ¡Muchacho de la porra!
Emely, le digo, no se te ocurra decir eso en el colegio. Pobre niña, qué educación recibirá en su casa, pensaría la maestra.
— No voy a decir eso en el colegio —responde Emely.
Qué linda, mi sobrina. Tan inteligente y empática. Tan dulce, tan...
Y enseguida agrega:
— Lo que voy a decir es: ¡Niño de la porra!