31/5/11

José Mármol, aforista

Estuve al tris de ponerlo en el menú de la izquierda, pero pesa más la mala vibra que la buena lectura. Como casi nadie sabe, José Mármol es uno de mis poetas no favorito. Es que escribe para gente inteligente y... bueno, yo...
En realidad, es que mis hormonas deben estar de buen humor para leer poesía. Y la suya, eh...
Pues qué creen, ¡es un tremendo aforista! Cuánto duele admitirlo. Mis hormonas estaban de plácemes en la Feria Internacional del Libro 2011, así que los ojos se posaron sin mucha ceremonia en el libro Maravilla y furor: aforismos y fragmentos (2007), en el pabellón de autores dominicanos. De los fragmentos ni hablar: un desastre, la mayoría, para mi pésimo buen gusto, pero los aforismos están superchéveres, ingeniosos, con todo y el rastro metafísico que siempre lleva a cuestas el autor. El primero: No se vive, no se goza, se padece el amor. (Ejem). Y otros cortitos para que vean que es cierto:
- No hay soledad más verdadera que la del poeta sumido en la elección de una palabra.
- Hay desastres del espíritu que mientras no se hacen realidad no dan nada de sosiego ni al pensamiento ni al cuerpo ni al atardecer.
- Cuando el vacío que funda la existencia te da una tregua, te sobreviene la ilusión de haber sido feliz.
- La muerte sigue a la vida, y viceversa, como el predicado al sujeto, y viceversa.
- Escribir es una forma de sacar a flote, en primera persona del singular, la imaginación y el pensamiento de la tercera personal del plural.
- El destino es el hombre mismo. Su derrotero está en el mapa de su determinación.
- No temo a la muerte. Aborrezco su recuerdo.
- No es por la sinceridad que vale el creador. En esto se equivocó Tolstoi contra Shakespeare. El poder del genio está en la simulación.

Y el mejor:
Una generación literaria es el recuerdo de un grupo de escritores que al leer obras de los mismos autores terminan subrayando las mismas ideas, las mismas metáforas y los mismos equívocos.

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P.D. al 2016: ya Mármol no me cae tan mal, que conste...