14/6/13

¿Quieres ser escritor? Consigue un trabajo...

Ana María Sua en Santo Domingo.
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Yaniris López
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¿Duros y poco inspiradores?
Puede ser, pero igualmente realistas y efectivos. Así fueron los consejos que la escritora argentina Ana María Shua (Buenos Aires, 1951) ofreció a los aspirantes a escritores que asistieron a su conferencia “Ser escritor, técnica y misterios”, en la pasada XVI Feria Internacional del Libro de Santo Domingo.
Para predicar a partir de la experiencia, Shua narró todos los descubrimientos e inconvenientes que marcaron sus inicios en la literatura antes de la publicación de “Soy paciente” (1980), la novela que la lanzaría con éxito al panorama literario latinoamericano.
Primero, dice Shua, es fundamental que el futuro escritor sienta locura por la lectura, que sea un gran lector, un lector apasionado.
“Dime lo que lees y te diré lo que escribes”, sentenció la autora de poesía, novelas, cuentos, microrrelatos, ensayos y títulos infantiles. 
Shua, que conoció la literatura desde muy pequeña y “de manera inconsciente” (escuchando declamar a una tía), piensa que es mejor iniciarse en la escritura con poesía en lugar de narrativa.
Y no porque la poesía sea inferior a la narrativa, exclama.
“De ninguna manera. La poesía, y en esto estamos de acuerdo los escritores, ocupa las más altas escalas. Pero la narrativa exige un altísimo grado de madurez”.
A ella le funcionó. Fue la poeta favorita del colegio y a los 16 años, en 1967, publicó su primera colección de poemas, “El sol y yo”, que le mereció el Premio Estímulo del Fondo Nacional de las Artes y el Faja de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores.

Autocrítica y concursos
El aspirante a escritor, sigue Shua, no debe enamorarse de todo lo que escribe y sí aprender a diferenciar lo que tiene calidad de lo que no la tiene.
“Es necesaria, es imprescindible la autocrítica”, apunta.
Como es tan complicado publicar, una opción son los concursos literarios, de los que dijo son valiosos y no todos están arreglados, especialmente aquellos que no ofrecen grandes sumas de dinero.
“A los jurados nos da mucho gusto encontrar gente joven que escribe con calidad, nos da muchísimo gusto apoyarlos”, asegura.
Cuando Shua se dio cuenta de que la escritura, para ella, iba más allá de un simple deseo, decidió tomarse en serio el asunto y consciente de que existen misterios dentro de cada escritor que hacen que se incline hacia un género más que a otro apostó por la narrativa.
Entonces confirmó lo difícil que resultaba publicar en una época marcada por la dictadura, que no bastaba con el entusiasmo y comprendió que para cualquiera que desee dedicarse a la literatura era fundamental conseguir un trabajo.
“Sí. Conseguir un trabajo del que vas a tener que vivir porque aun en el mejor de los casos (...) vas a pasar muchos años antes de que puedas vivir de la venta de libros”.
En uno de esos trabajos, específicamente como redactora creativa de una agencia de publicidad, Shua aprendió ñy aquí viene otro de sus prácticos consejosñ, a no depender de la inspiración para crear.
“Porque la inspiración, como todos sabemos, existe pero nos tiene que sorprender con las manos en la masa”, indica.
Poco a poco, insinúa, “uno aprende que aun en esos momentos en que parece que no se nos ocurre nada, con esfuerzo, con concentración, algo se puede obtener”.
Y así llegaron los años finales de la década del 70. Shua quiso escribir algo que no tuviera nada que ver con la dictadura argentina (1976-1983) y nació “Soy paciente”, la historia de un hombre que se interna en un hospital para hacerse unos estudios y “pronto sabrá que salir de allí no es tan sencillo”, pues “una delirante telaraña burocrática lo va atrapando poco a poco”.
Con la publicación de esta historia, Shua se consagró como una de las más destacadas narradoras latinoamericanas.

Una fecunda labor literaria
Ana María Shua ha escrito cinco novelas: “Soy paciente" (premio de la editorial Losada), “Los amores de Laurita” (llevada al cine), “El libro de los recuerdos” (que le valió la Beca Guggenheim), “La muerte como efecto secundario” (Premio Club de los XIII y Premio Municipal en novela) y “El peso de la tentación” (2007).
El libro “Cazadores de Letra”, publicado en 2009, reúne sus cuatro libros de minificciones y “Que tengas una vida interesante”, también de 2009, sus cuentos completos. Con más de 20 títulos publicados desde 1988, Shua es una prolífica autora de literatura infantil, un trabajo que le ha merecido el reconocimiento internacional.