7/10/15

Raúl Morilla y su "Claustro para el Edén"

El gran premio de la 28 Bienal Nacional de Artes Visuales es una videoinstalación de contenido social que reta al espectador a ser parte de la obra  

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Yaniris López
Santo Domingo
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Grande, Raúl Morilla.
Con la videoinstalación “Claustro para el edén”, el artista visual dominicano se alzó con el gran premio de la 28 Bienal Nacional de Artes Visuales, inaugurada el pasado 16 agosto.
La obra, ubicada en el sótano del Museo de Arte Moderno (MAM), es la cuarta de una serie que Morilla ha venido trabajando en los últimos años con un mensaje muy claro: reflexionar sobre el individualismo, el egoísmo y la enajenación de los individuos en la sociedad.
Para hacerlo solo necesitó mallas de nylon, cilindros de metal, cerámica y reflectores, todo armonizado en una videoinstalación de 156 x 156 x 156 pulgadas.
Cada una de las cinco piezas de la obra convidan al espectador a ser parte de ella, de un claustro formado por sogas y cilindros. Los cilindros funcionan como celdas subterráneas en las que se ven imágenes que abordan, dice Morilla, el tema del egoísmo social: “De cómo las personas nos presentamos y nos comportamos tan indolentes con el prójimo”.
“Las grabamos dentro de un cilindro igual con la intención de mostrar cómo cada quien vive únicamente tomando en cuenta su propio mundo”, explica el artista a LISTÍN DIARIO.
El público se asoma al tambor para observar desde lo alto, entre otras imágenes, a un personaje que realiza acciones cotidianas: come, se viste, escudriña el exterior, se enfrenta a problemas, se desespera… Y entre las imágenes y el espectador está la malla, apunta Morilla, para reafirmar la barrera en las relaciones entre los seres humanos.
“En vez de verse afectado con las acciones, la desesperación y la agonía del personaje, el que observa actúa simplemente como espectador. La malla te reafirma ese concepto de división. Ahora mismo lo notas en la forma en que a la gente solo le preocupa observar, grabar a un muerto, un accidente o todo lo que pasa a su alrededor, pero no se atreve siquiera a tender una mano y ofrecer ayuda”.

Una obra interactiva 
En las videoinstalaciones de Morilla, el espectador, quiéralo o no, forma parte de la obra. La pieza lo reta a mirar dentro. No hay más opción si quiere entenderla. Es una característica de su trabajo desde que empezó a introducir videos en sus instalaciones, la primera vez en la obra “En espera de las fiestas fúnebres” (Arte Barceló, 2006).
Morilla comenta que “Claustro para el Edén” es muy interactiva porque le gusta que el espectador no solo participe de la instalación, sino que la comprenda.
“Por eso tratamos de crear un microespacio dentro del museo de manera que cuando el espectador entre sea parte de la obra y participe de ella”. Desde lo individual, las imágenes invitan a reflexionar en temas relacionados con el hambre, la violencia, el medio ambiente y la presión social.
¿Y por qué estos temas?
Morilla sostiene que en medio del ajetreo permanente en que se vive hoy, hay momentos en los que el ser humano tiene unos 10 o 20 segundos de lucidez y entonces se da cuenta del gran teatro que es el mundo, de cómo moldean sus acciones las grandes cadenas noticiosas, los grandes emporios económicos y las marcas.
“Y entonces te llegan unos segundos de lucidez en los que piensas ¿qué es esto?, ¿hasta dónde llega esto? Pero a la media hora vuelves a entrar en tu engranaje, en tu entorno, y solo piensas en ti, en trabajar, en producir. Y se te va la vida en eso”.
El instalador recomienda ver la obra caminando de derecha a izquierda para mantener la hilaridad en el tema. Aunque, claro, “es una propuesta muy personal, porque al final el espectador lo ve como guste”, dice.

Una plataforma importante 
Arquitecto, dibujante, instalador y escultor, Raúl Morilla nació y vive en La Vega, ciudad donde realiza todos sus proyectos. Algo que recuerda con una sonrisa es que la propuesta que presentó en la pasada bienal, en 2013, fue rechazada por el jurado de selección. Y la recuerda sonriente porque de rechazado pasó a ser el gran ganador de la siguiente edición.
“La plataforma de la Bienal es muy importante. Tienes la oportunidad de mostrar tu trabajo a un gran público que no logras ni con una colectiva ni con una individual”, reconoce Morilla.
El premio le llegó, además, luego de una exitosa participación en la XII Bienal de La Habana, en Cuba, donde presentó en mayo de este año la instalación urbana “Entrando en las Afueras”.
La próxima videoinstalación de la serie que Morillo tiene en carpeta se llamará “Sudando en el limbo”. Conozca más del artista y su obra en www.raulmorilla.com